Está comprobado que ésta es la temporada en la cual los vehículos consumen más carburante, por ello, si no quieres que tu cartera se vea afectada por el invierno, debes considerar los siguientes factores:
- En la gasolina que se refina para el invierno se añaden aditivos para reducir el punto de congelación; sin embargo, esto también causa que disminuya la energía de la gasolina, por lo que el motor requiere más carburante.
- El frío puede incrementar la propiedad viscosa de los lubricantes, lo que causa más resistencia al movimiento y hace necesario mayor consumo de combustible.
- A las baterías también les afecta el frío y pueden perder gran parte de su carga, pues el alternador trabaja más para convertir la energía del motor en energía eléctrica.
- El aire frío es más denso, lo que incrementa la resistencia aerodinámica de los vehículos, especialmente a altas velocidades.
- La presión de los neumáticos disminuye en temperaturas más frías, aumentando la resistencia a la fricción con el piso.
- Con el frío, al motor le toma mucho más tiempo llegar a la temperatura ideal para que el uso de combustible sea más eficiente. Esto se nota más en viajes cortos, principalmente en la ciudad.
- Las velocidades para manejar de forma segura disminuyen mucho del rango normal en pavimento resbaladizo; como consecuencia de ello, se incrementa el consumo de combustible, especialmente a velocidades menores a 60 kilómetros por hora.
- Si se requiere poner un vehículo en modo de cuatro por cuatro debido a las condiciones del camino, gastarás más gasolina.