Las innovaciones en el campo de la tecnología digital están trayendo avances en la contratación mercantil y el mundo del seguro no es ajeno a este fenómeno disruptivo. Algunos autores han denominado a esta hibridación entre contratación de seguros y nuevas posibilidades informáticas como Insurtech, en paralelo al desarrollo del concepto Fintech para los mercados financieros o Legaltech en el campo de los servicios jurídicos profesionales. El principal ámbito problemático cuando se abordan los temas Insurtech y en general la dialéctica entre la teoría general del contrato y las nuevas aplicaciones informáticas es el alcance de éstas, es decir, cómo la programación de la autoejecución de los contratos (denominados Smart Contracts o “contratos inteligentes”) puede determinar aspectos básicos de una tipología de contrato esencialmente complejo, como es el seguro.
El sector asegurador ante la autoejecutabilidad de las pólizas de seguros
Cuando nos referimos aquí a los tecnoseguros o a las pólizas con sistemas de Smart Contract, nos referimos más bien a contratos en los que una parte sustantiva de los mismos se ha programado para que realice operaciones automáticas, en función de ciertos parámetros. La activación de estas operaciones que habilitan la autoejecutabilidad de la póliza dependerá de la programación del contrato, lo cual puede conllevar sistemas telemáticos y autónomos conectados en red entre dispositivos o máquinas, como Internet of Things (IoT) o Machine to Machine (M2M), cuyo alcance se está multiplicando a medida que aumenta la velocidad en la transmisión de información con las redes 5G. Esta realidad tendrá sin duda unas implicaciones muy claras para el mercado de seguros por cuanto de lo que se trata es de ser objetivos la verificación de siniestros, el cálculo de las indemnizaciones o la actualización de los elementos del contrato, de acuerdo con determinados datos suministrados por máquinas en tiempo real.
El futuro del sector asegurador dependerá de su capacidad para transformar un modelo de negocio tradicional, con escasos cambios en las últimas décadas, a uno más avanzado y tecnificado, esto es, adaptado plenamente a la etapa de desarrollo en la que se encuentra actualmente la sociedad de la información y a los progresos de la revolución digital.
Según un informe de Markets and Markets, las cifras de negocio de Blockchain en el sector de los seguros pasarán de los 64,5 millones de dólares de 2018 a 1,393 millones de dólares en 2023, lo que representa una tasa de crecimiento anual compuesto del 84.9%. El aumento de reclamaciones fraudulentas, la necesidad de contar con sistemas transparentes y fiables, y la necesidad de reducir costes son los principales factores que se anuncian que impulsarán el crecimiento del mercado global, de acuerdo con el referido estudio.
De hecho, como señala este informe, uno de los mayores potenciales se encuentra en la aplicación de contratos inteligentes, mejorando la eficiencia en los procesos de la industria aseguradora. Por otra parte, un estudio publicado por el Digital Transformation Institute, de Capgemini, arroja algunos datos sobre cómo afectará la tecnología Blockchain al sector asegurador. De conformidad con dicho informe, el consumidor medio podría ahorrarse más de 450 euros anuales en concepto de comisiones de seguros y bancarias gracias a esta tecnología. Según Capgemini, el sector asegurador empieza a aprovechar la tecnología de los Smart Contracts para acelerar la tramitación de siniestros, reduciendo los formularios y la interacción entre aseguradora y tomador. De ese modo, el proceso será más rápido y fácil para ambas partes y la ejecución de las indemnizaciones se realizará con mayor premura. El potencial de ahorro que podrían generar los Smart Contracts en concepto de reducción de costes de tramitación, solamente en los seguros de automóvil, sería de un 13% anual, trasladándose parte de este ahorro a los clientes, de acuerdo con dicho informe.
En lo que respecta al seguro de automóviles, se están planteando diversas innovaciones, por ejemplo, en el modo en que un conductor podría transmitir por igual a varias compañías aseguradoras su petición de asegurar su coche. De este modo, una vez procesada y analizada la solicitud, según los criterios de evaluación de riesgo de la aseguradora y un proceso de subasta inversa, el conductor recibiría varias ofertas que puede suscribir, tras lo cual se firmaría y activaría el consiguiente Smart Contract. Una vez que el cliente optase por firmar uno de esos contratos, verificaría su identidad a la aseguradora mediante un token propio e intransferible de identidad que demostraría su titularidad sobre el coche, tras lo cual debería ingresar el dinero en concepto de la prima y recibiría el certificado y prueba de su aseguramiento, que estaría respaldado con una base de datos caracterizada por su transparencia y fácil auditabilidad. En este caso, el tecno seguro permitiría una mejor negociación y comparabilidad de productos a la hora de la búsqueda de un seguro y tramitación de solicitudes.